Comess Group es el primero en apostar por sus marcas, con la inauguración de dos nuevas tabernas Lizarran en Madrid
08/09/2011 - En franquicia, no hay concepto de negocio más rentable que aquel cuyo primer inversor es la propia central. Y así sucede con la cadena Lizarran, y su matriz, Comess Group. Así, este grupo de restauración español, líder en el segmento de gastronomía a base de pinchos y tapas, apuesta por su continua expansión, no sólo por toda la geografía española, sino también en el exterior. Y para ello no duda en hacer apuestas estratégicas, como la apertura de dos establecimientos Lizarran propios en la capital, en barrios tan emblemáticos como Chamartín y Chueca.
Los establecimientos, con una superficie de 180 y 130 metros cuadrados, respectivamente, están situados en las calles de Capitán Haya, 18 y de la Libertad, 17. El primero de ellos situado justamente debajo de la Federación Madrileña de Fútbol Sala, y el segundo, con una fachada de 12 metros, en el “corazón” de Chueca, enfrente del restaurante ‘Bazzar’. “Ambos están diseñados para desarrollar, sobre todo, una actividad de pinchos y cervezas en barra, creando un ambiente agradable de tapeo y cubriendo un nicho de mercado sin desarrollar correctamente en estas dos zonas”, explica Gonzalo Juliani, director de Expansión de Comess Group, quien continúa: “La filosofía de esta casa está basada en potenciar el sentido lúdico de la gastronomía, optimizar el tiempo y el dinero que el comensal emplea en la comida, y fomentar la comunicación entre nuestra clientela. Así nos hemos convertido en el mayor referente de la gastronomía ‘del Norte’ en franquicia. El pincho constituye la base de nuestra cocina, y hace de su versatilidad la herramienta clave para adaptarse a cualquier punto de España y del mundo”.
Y es que esta red de franquicias propiedad de Comess Group, fiel a su política de desarrollo internacional de sus marcas, está teniendo un éxito sin igual también en distintos países. Lizarran volvió a triunfar en Rusia, abriendo su segundo restaurante en Moscú, situado en el centro comercial Russia Mall, ubicado en una nueva zona del distrito financiero de la capital. También se posicionó en Reino Unido, inaugurando su primera taberna, concretamente en Milton Keynes, población cercana a Londres. Por último, este grande de la restauración abrió su primer local en Miami, concretamente ubicado en Coral Gables, y supone el primer restaurante de la enseña en Florida, y el cuarto de la cadena en Estados Unidos, donde ya cuenta con otro local en Nueva York y otras dos tabernas en el estado de California.
Lizarran ha sabido posicionarse como pionera de un concepto en restauración que engloba los beneficios de la gastronomía moderna junto a la calidad de la tradicional, convirtiéndose también en la exportadora de la cultura de las tapas en el mundo. Esta enseña española ha apostado firmemente por los valores de la dieta mediterránea para conjugar el ocio y la buena comida. Las múltiples variedades de selectos pinchos a lo largo de las barras de los establecimientos y el ambiente creado en cada local hacen que se puedan realizar comidas o cenas de una manera agradable, degustando un surtido de tapas que el propio cliente elige y en muchos casos se sirve en lugar del tradicional primer y segundo plato. El cliente va tomando los pinchos que desea hasta que llega la hora de pagar, en función del número de palillos o pinchos consumidos. Este tipo de consumo permite que sea el cliente el que decide qué variedad prefiere y cuántos pinchos le apetece tomar.
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Los establecimientos, con una superficie de 180 y 130 metros cuadrados, respectivamente, están situados en las calles de Capitán Haya, 18 y de la Libertad, 17. El primero de ellos situado justamente debajo de la Federación Madrileña de Fútbol Sala, y el segundo, con una fachada de 12 metros, en el “corazón” de Chueca, enfrente del restaurante ‘Bazzar’. “Ambos están diseñados para desarrollar, sobre todo, una actividad de pinchos y cervezas en barra, creando un ambiente agradable de tapeo y cubriendo un nicho de mercado sin desarrollar correctamente en estas dos zonas”, explica Gonzalo Juliani, director de Expansión de Comess Group, quien continúa: “La filosofía de esta casa está basada en potenciar el sentido lúdico de la gastronomía, optimizar el tiempo y el dinero que el comensal emplea en la comida, y fomentar la comunicación entre nuestra clientela. Así nos hemos convertido en el mayor referente de la gastronomía ‘del Norte’ en franquicia. El pincho constituye la base de nuestra cocina, y hace de su versatilidad la herramienta clave para adaptarse a cualquier punto de España y del mundo”.
Y es que esta red de franquicias propiedad de Comess Group, fiel a su política de desarrollo internacional de sus marcas, está teniendo un éxito sin igual también en distintos países. Lizarran volvió a triunfar en Rusia, abriendo su segundo restaurante en Moscú, situado en el centro comercial Russia Mall, ubicado en una nueva zona del distrito financiero de la capital. También se posicionó en Reino Unido, inaugurando su primera taberna, concretamente en Milton Keynes, población cercana a Londres. Por último, este grande de la restauración abrió su primer local en Miami, concretamente ubicado en Coral Gables, y supone el primer restaurante de la enseña en Florida, y el cuarto de la cadena en Estados Unidos, donde ya cuenta con otro local en Nueva York y otras dos tabernas en el estado de California.
Lizarran ha sabido posicionarse como pionera de un concepto en restauración que engloba los beneficios de la gastronomía moderna junto a la calidad de la tradicional, convirtiéndose también en la exportadora de la cultura de las tapas en el mundo. Esta enseña española ha apostado firmemente por los valores de la dieta mediterránea para conjugar el ocio y la buena comida. Las múltiples variedades de selectos pinchos a lo largo de las barras de los establecimientos y el ambiente creado en cada local hacen que se puedan realizar comidas o cenas de una manera agradable, degustando un surtido de tapas que el propio cliente elige y en muchos casos se sirve en lugar del tradicional primer y segundo plato. El cliente va tomando los pinchos que desea hasta que llega la hora de pagar, en función del número de palillos o pinchos consumidos. Este tipo de consumo permite que sea el cliente el que decide qué variedad prefiere y cuántos pinchos le apetece tomar.
